martes, 30 de abril de 2019


Fruto maduro




Cuando descubras
las primeras arrugas en mi frente,
las ojeras de mis ojos notes,
acaricies manos lentamente,
más ásperas y llenas de cortes,
si ves estrías en mis pechos,
a los que la gravedad no perdona,
habrás despertado de un sueño
que fue bello, sin tachas,
y que ahora te abandona.

Mas si aún sigues amando
los brotes albos de mi cabellera,
las gafas de ojos cansados
la mirada caída pero certera…
sabré que has penetrado
hasta la raíz del árbol,
a su más profunda esencia,
con frutos algo maduros
pero dulces y sabrosos
de renuevos de vida
de años pasados y crudos,
entregados a tu alma
para que goces con fruición
lo añejo de un sabor
que pasó de ser candor
renunció al espectro y a la duda
y entona profundo tu canción.

Checha, 30 de abril de 2019

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