Excepción
Bendita
tú
que
apagas las reglas,
las
reduces y controlas,
les
extirpas sus errores.
Eres
el claro en el bosque,
la
luna en la medianoche,
oasis
en el desierto,
luz
que ilumina hacia el norte.
Si
la regla no existiera,
reina
serías del mundo,
tú,
la excepción adorada,
que
mantienes el absurdo
en
jaula desvencijada
que
pueda coger su espada
si
la norma se desmanda.
Que
sin ti no hay esperanzas
de
que el rigor se doblegue,
de
que la fuerza se ablande,
de
que el río vuelva atrás
si
ha de recoger no más
la
barca de las magnolias
que
florecen con el aire
con
el viento y el espacio,
no
entre la soga de nadie.
No
ensombrezcas tu hermosura
aunque
las cuerdas te ganen,
que
allí donde haya locura
los locos cuerdos te hallen.
Checha,
1 de marzo de 2019
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