Arte
salvador
Versos
estrangulados,
asustados,
escondidos,
invisibles
a la vista,
enredados
en amargura
en
una vida demasiado cargada
de
pesos ajenos,
de
injusticias abominadas,
abominables
y descaradas,
qué
larga la lista.
Trazos
tendidos al cielo
rogando
un aguacero
que
coloree el lienzo,
de
sombras primero,
luego
de relucientes colores,
ardientes,
sinceros.
Llegó
el desespero
y
la musa rozó
su
espalda escarada
su
mano quemada y azotada.
La
pluma se hizo visible,
tan
calladamente,
mientras
el pincel pintaba
amaneceres
en su mente.
Y
amaneció.
Amaneció
en rosa,
en
naranja y amarillo,
y
una lágrima brotó
de
su rostro decidido
a
desvelar, a salvar
tanto
amor comprimido.
Checha,
25 de abril de 2019
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