jueves, 25 de abril de 2019


Arte salvador





Versos estrangulados,
asustados, escondidos,
invisibles a la vista,
enredados en amargura
en una vida demasiado cargada
de pesos ajenos,
de injusticias abominadas,
abominables y descaradas,
qué larga la lista.

Trazos tendidos al cielo
rogando un aguacero
que coloree el lienzo,
de sombras primero,
luego de relucientes colores,
ardientes, sinceros.

Llegó el desespero
y la musa rozó
su espalda escarada
su mano quemada y azotada.

La pluma se hizo visible,
tan calladamente,
mientras el pincel pintaba
amaneceres en su mente.
Y amaneció.

Amaneció en rosa,
en naranja y amarillo,
y una lágrima brotó
de su rostro decidido
a desvelar, a salvar
tanto amor comprimido.

Checha, 25 de abril de 2019




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