Metamorfosis
Conviértome
en verso
escrito
con pluma
de
que brotan lágrimas
negras,
cual la pez más pura.
Lágrimas
de otrora,
de
ausencias y desengaños,
de
llantos enmudecidos,
de
cielos buscando aurora.
Verso
que brota del alma,
inocente
y tierna llama
que
extinta hubiera querido
esa
ánima sin calma.
Mas
la prudencia del tiempo,
la
estrella de la mañana,
la
madurez de las horas,
han
transformado mi verso,
resurgiendo
nueva estampa.
Ese
verso tan agriado,
hoy
ya se erige en poema,
un
poema ya olvidado,
preñado
de otro poema
que
se atisba dulce, atemperado.
Checha,
28 de febrero de 2019
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