Sueño
Y
un tímido rayo de sol
se
filtró por los calados
de
la persiana entreabierta,
templando
sus párpados,
medio
adormilados.
No,
no era capaz,
esa
cálida caricia
que
incitaba a despertar
al
tedio más cotidiano
abandonando
el plácido sueño,
tan
intrépido y ufano
aunque
fuera tan vez vano,
no
la transportaba al mundo,
la
cogía de la mano
hundiéndola
en lo infrahumano.
Dios
del sueño abrázame,
restallaban
sus agrietados labios,
pero
el dios no le tendió
su
amoroso y tierno manto,
aunque
la dejó soñar,
soñar
que estaba soñando.
Checha
22 de febrero de 2018
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