Llanto
Señores
ustedes
inconscientes
malnacidos
indecentes,
me
han robado el llanto.
Ese
llanto humano,
el
que llora y ríe,
ese
desahogo
de
lo alegre y triste,
la
expresión más pura
de
un alma rota
encendida
que
llora y suspira.
Mi
canción más triste,
el
pecho más ahogado,
ladrones
malditos,
me
lo habeis robado.
Os
lo habeis llevado
como
el que se lleva
un
jarrón destrozado
y
era mío, mío,
era
mío mi llanto.
Cada
lágrima brotada
no
era el llanto de un día,
encerraba
el sentimiento
de
una larga larga vida.
No
mueras aurora,
vive
siempre,
más
allá de mi sombra,
si
mueres ahora
ni
una lágrima saldrá
de
un espectro que era humano
y
de repente,
es
solo desecho ultrajado.
Checha,
19 de febrero de 2018
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