Justicia
Es
sorda,
no
oye las voces
de
hombrecillos embaucados
que
gritan una y mil veces:
yo
no he sido, me han robado.
Es
muda,
no
habla con los afectados
son
sus agentes sagrados,
los
que enrevesados
repiten
: más tarde, más tarde
póngase
en mis manos.
Es
ciega
no
ve el horror de la lucha
con
velo cubre su rostro,
pues
bien podría afectarle
lo
ajeno, el otro.
Es guerrera con su espada,
la muy altanera,
no sabe ni a quien ataca.
Es guerrera con su espada,
la muy altanera,
no sabe ni a quien ataca.
Lenta,
lenta trabaja.
Cuando
falla su sentencia,
ya
ha tenido el doliente
sufrimiento
y desaliento,
hartazgo
de tanta paja.
Sus
decisiones son firmes
como
si la verdad anidara en sus manos,
como
si fueran profanos
los
que con la frente alta
denuncian
sus juicios locos y vanos.
Eso
si, con los ricos
anda
con mucho cuidado,
son
sus niños mimados.
Justicia
la llaman, creo,
no
lo sé,
yo
no lo veo.
Checha,
20 de noviembre de 2017
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