Envidia
No
te envidio por el sol
que
escondes bajo tu rostro
ni
por tu risa estridente
que
envuelve de vivo arrojo.
No
te envidio porque seas
la
luz que enciende mi vida,
ni
porque tengas aplomo
ni
porque seas el cromo
que
yo me gané en su día.
No
envidio tus pensamientos
bulliciosos
y sin tacha
que
rigen la preciosa vida
que
has puesto tras de tu espalda.
No
envidio las ilusiones
que
guardas en tu garganta
y
escupes a trompicones
como
estelas de esperanza.
Te
envidio por ser quien eres
no
mas que una estrella limpia
que
brilla sola en la noche
que
despierta con el día.
Yo
quisiera ser tan solo
un
trozo de tu alegría
solo
mía, toda mía.
Checha,
4 de agosto de 2017
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