Pena
Ay
que pena me das niño,
tan
hermoso y repeinado
tan
sumiso y ordenado
a
la misa del domingo
a
redimir tus pecados.
¿Que
pecado cometiste
si
aún no has roto ni un plato?
¿qué
mente sucia emponzoña
tu
clara luna de afiado?
Suenan
las campanas suenan
para
que lleguen los buenos
y
rehuyan a los malos
que
los que no van a misa
mejor
lejanos o ahorcados.
Y
el cura te sermonea
te
razona, te condena,
te
estigmatiza a los malos
Y
tu piensas en tu reina
la
de los pelos tan lacios,
que
nunca pisó una iglesia
y
tiene corazón de raso,
esa
que siempre sonríe,
esa
que alumbra tu vida
esa
que calmó tu llanto.
Sales
de la iglesia cabizbajo
pensando
en que el mundo es triste
si
solo hay buenos y malos
y
si de malos se trata
no
es tu reina ni su estirpe
la
que aquí marcha a la alza.
Ay
que pena me das mi niño,
los
mayores solo mienten
no
entienden que el mundo es raso.
Checha
24 de julio de 2015
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