Huida
del caminante
Huir
del pulso del tiempo atrapado entre sus garras y comprobar que no
andas, que el tiempo eres tu y tus propias alas.
Huir
del ser que amas por miedo a una soledad que emana de tus entrañas.
Huir
del silencio sano que calla lo que no dice y dice más de lo que
calla.
Huir
de la vida misma de verdades y patrañas, del verde rojo del río,
del blanco que la luna guarda.
Vive
tu día amor mío, que jamás hallarás calma, todo es no más cual es, nada cambia si no cambias.
Mira
al cielo en la mañana. Verás a la luna tarda, verás al lucero
blanco que lo llaman el del alba. Verás a los ruiseñores sumidos en
sus cantatas y a los perros y a los gatos, que no precisan medallas.
Rompe
el camino amor mío, que el camino esta vacío si no existe el que lo
anda.
Checha,
14 de julio de 2017
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