La
pregunta
Era
pequeña, dulce, suave, como un bombón que se derrite en la boca y
te deja esa agradable sensación de satisfacción, de agrado, de
excelencia. Sus ojos claros miraron a su madre que cosía el puño de
una camisa. Era esta una mujer hosca y amargada, cuyas palabras mas
habituales eran quejas y maldiciones contra todo y contra todos.
La
miró y le preguntó: mamá, ¿cómo te imaginas la otra vida?. La
pequeña intuía que aquello por lo que preguntaba no existía, que
vida hay una y después nada, polvo. Sin embargo sabía que su mamá
era profundamente creyente y esperaba una respuesta. Su madre se
quitó las gafas y dijo en tono pensativo: pues, creo que en la otra
vida me encontraré con mis seres queridos y nos amaremos todos, sin
odios ni rencores.
La
pequeña respondió: como tu lo creas así sera.
No
obstante no pudo reprimir el amargo sabor de boca que dejan aquellas
palabras que no se dicen, las que se nos quedan en el estómago y no
podemos digerir. Amor para todos y entre todos, pensó. ¿No valdría
la pena probarlo aquí?.
Checha,
25 de junio de 2017
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