No hay duda de que el mundo está mal repartido, da al que no necesita, quita al que desea y quiere.
Pocos nos planteamos, y de hacerlo, pronto lo olvidamos, la suerte, la gran suerte que hemos tenido de nacer en un país que (hasta ahora!!!) promovía una educación pública, gratuita, accesible a todos los que quisieran aprovechar el gran tesoro que les brindaba.
Quedan pocos analfabetos (en sentido literal, claro),... y el que no haya hojeado algún librillo, aunque sea en una biblioteca, ha pasado a formar parte de los "rara avis".
Pero el mundo no acaba en unos pocos países privilegiados. Hay otros lugares, poblados por seres humanos, tan o más dignos que nosotros, que jamás han tenido acceso a abrir esa pequeña puerta y adentrarse en el placer del conocimiento, de historias compartidas, de sentimientos a la espera de ser comprendidos y vueltos a sentir.
Un simple e-book puede contener, no sólo los imprescindibles libros de texto para la escuela, sino además múltiples placeres, entre los que se encuentra el saludable dejar al otro, a los personajes, a los paisajes, entrar en tu vida, para quedarse allí eternamente.
¿Queremos aportar nuestro pequeño granito de arena?
Checha, 3 de agosto de 2013
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