viernes, 1 de junio de 2012

VENCER O CONVENCER?


VENCER O CONVENCER?. EL MISMO BARCO



"Nada tan estúpido como vencer; la verdadera gloria está en convencer."
HUGO, Victor
Escritor francés.






    No os asusteis. No pretenden mis patinadoras neuronas ver en el romántico Victor Hugo (1802) las raíces del movimiento Hippie surgido un siglo más tarde , en los años sesenta (o sí?).
   Sin embargo, querría haceros patente,  la relación subyacente entre la cita de encabezamiento y el lema del cartel, cuya complementaria coletilla, además de tener su gracia, alude a una forma larvada de hacer la guerra muy común, en las relaciones humanas en general y las de pareja en particular, que víno a denominarse  en términos políticos “guerra fría”, allá por los años cincuenta.
   La guerra, fría o caliente, tiene por objeto vencer, salir victorioso aniquilando al enemigo. Pero aunque más cruenta y terrible, por aparecer ante nuestros ojos, por mostrarse como evidencia, no es la guerra de armas y trincheras, soldados y cañones, muertos ensangrentados y ciudades destruidas, la más dañina y demoledora.
   Frío es el calculado intento de competir, de manipular conciencias, de destruir la dignidad y moral del enemigo, de utilizar el poder para someter e idiotizar, para engrandecerse y aminorar......... , ¡ésta es la política que hacen nuestros “demócratas” políticos!, y ésto es también lo que sustenta toda relación que ha perdido el amor: el frío,  la ausencia de respeto y entrega, la cómoda conformidad con un estatus, en aras de un falso conservadurismo al que subyace un latente miedo al cambio, a lo desconocido; nada que ver con aquellas sinceras palabras del gran poeta Antonio Machado:
“Creí mi hogar apagado,
Revolví las cenizas,
Me quemé la mano”
    El prefijo “con” español, aún aludiendo en muchas de las palabras que lo contienen a una dualidad de hechos o situaciones  (comprender, considerar, completar) que se vuelven a con-templar,  son menos los casos en que hace referencia a la actividad con-junta de dos o más individuos (confraternizar, compartir).  Es  éste último sentido, el que alude a la razón, a la unión de muchas razones, para alcanzar un común objetivo, que es precisamente el significado del término “convencer” (vencer con el otro).  Los que conozcan el idioma alemán, sabrán que el prefijo “mit” unido a cualquier palabra tiene, casi invariablemente, ese precioso significado de hacer algo entre varios (mitkommen, mitfahren, mitlernen...), o a lo sumo, de aportar algo (mitnehmen, mitbringen...). Dicho sea de paso, parece que la Sra Merckel ha borrado de su mente el significado de este bonito prefijo.
    Llegados a este punto, y sin adentrarnos más en cuestiones linguísticas, creo que estamos en condiciones de analizar las palabras de nuestro pensador.
   Contrapone la estupidez de la guerra, en la que se vence por la fuerza, por el poder, por las armas, al buen uso de la razón, implícito en cualquier acto de convencer:  ¡veamos juntos tus razones y las mías!, ¡somos iguales ante la razón, no existen jerarquías!.  Unidos, entregados a la búsqueda de la verdad, saldremos juntos victoriosos, beneficiados de sus frutos, y , no menos importante, saldremos contentos de no estar aislados bajo la tormenta, DE ENCONTRARNOS EN EL MISMO BARCO.
Checha, 1 de junio de 2012

4 comentarios:

  1. Y hablando de barcos, de ese mismo barco en el que todos deberíamos zarpar, os recomiendo la lectura del "Archipiélago" de Hölderlin, os envío un enlace para facilitar su comprensión, y aprovecho para dedicar esta entrada a mi gran amigo ANTONIO LÓPEZ BAEZA, cuya página web también recomiendo, y cuya vida y pensamiento vuelan hacia esa unión con la vida y la naturaleza, de que nos habla Hölderlin, tan admirado por él.
    Gracias, Antonio, por ser como eres.
    http://milecturadelasemana.blogspot.com.es/2012/06/el-archipielago-friedrich-holderlin.html

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  2. El poder de la palabra, ofrecida con respeto, con amor.
    Y yo voy más allá, para mí la verdadera gloria está en respetar. La gloria del ganador está en convencer, sí, y a todos nos gusta salir vencedores en una "batalla" así, pero ¿y si no llegamos a convencer?, entonces tenemos que acudir en nuestro interior al respeto, el respeto nos hace dignos a nosotros mismos y dignificamos a los otros, el respeto al cuerpo, la mente y el alma ajenos nos da la mayor gloria, porque ese respeto es el pilar básico para el amor, y "hay amores que matan" cuando no hay respeto, y con respeto, el amor desinteresado, entregado, compartido, nos engrandece, y engrandecemos a los demás. El respeto a la confidencialidad de los amigos, el respeto a la fidelidad de los amantes, el respeto a tu espacio, el respeto a las diferencias......
    La pareja es eso, es pareja, es bicéfala, pero el gran error del hombre ha sido cortar la cabeza de su pareja, que por pelotas se colocó como "cabeza de familia", para ser él quien mandara, quien dominara la situación, su pareja se convertía en una súbdita más, una posesión más, ordeno y mando, y así no se puede compartir, no hay complicidad, no se va de la mano.
    Ahora ellos lo llevan muy mal, porque creen perder los privilegios de los que han disfrutado cientos de años, miles de años, sea la sociedad que sea, la cultura que sea, privilegios que no les pertenecen. No porque haya sido así durante tanto tiempo es lo correcto, pero el hombre no quiere perder su dominación, la prefiere a la complicidad, y nosotras no queremos ponernos en su lugar, no queremos darle la vuelta a la tortilla, por nada del mundo queremos sustituirlos en esa dominación, sabemos lo que se sufre y lo que se pierde, todos perdemos. Nosotras queremos nuestros derechos, no somos menos, queremos ir de la mano.
    Y todos cometemos errores, nadie es perfecto, pero somos muy dados a cuidar más las relaciones de puertas para fuera que las de puertas para dentro, a quedar bien con los demás y que la familia nos aguante, pero no está para aguantar nuestras mierdas, sino para acudir a ellos en nuestros momentos malos y para darles lo mejor de nosotros mismos, los detalles del día a día para no caer en la monotonía, hoy hacemos esto por ti y mañana lo otro por mí, pero sin malas caras, sin llevar cuentas, con cariño y amor, porque cuando se quiere de verdad se busca agradar al otro, buscamos su felicidad y así somos felices nosotros mismos.
    Dime a dónde vas, que no tenga que estar preguntándote, no lo veas como un control, que no somos crios pequeños ni adolescentes, que es para no preocuparme y saber que cuentas conmigo, es un detalle más del dia a día de las personas que conviven juntas.
    El respeto a tus gustos aunque no sean los míos, y en muchas ocasiones te acompañaré porque quiero estar contigo.
    El respeto a tu dolor y mi complicidad para que cuentes conmigo.
    Ni vencer, ni convencer, respetar, ofrecer, dar, compartir, amar.
    Como tú dices Checha, para ir en el mismo barco.

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  3. Tienes toda la razón, Milamami, no siempre se trata de convencer, en la mayoría de los casos hemos de vivir respetando, tolerando, valorando y amando la diversidad.¡Qué mundo tan aburrido, si todos fuéramos iguales!
    Sin embargo, hay momentos conflictivos, momentos en que hay que optar entre dos modos de actuar,y es precisamente en esos momentos, cuando acudimos a convencer, no para que uno salga victorioso, sino para que la razón sea la gran vencedora.
    Era a esto a lo que se referían mis palabras.
    Muchas gracias por tu bonito comentario. No es fácil nuestra época para las relaciones interpersonales, especialmente para las de pareja, precisamente por la gran carga cultural que llevamos a nuestras espaldas, muy difícil de desmoronar.

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  4. Y yo sabía que te referías a eso y estoy de acuerdo contigo, por eso comenzaba mi comentario diciendo "el poder de la palabra", sobre todo cuando sabemos que la razón está de nuestra parte y a pesar de todo nos damos contra un muro.
    Y te soy sincera, esperaba y deseaba un artículo tuyo así, ha sido la oportunidad que esperaba para soltar todo lo que he comentado antes.

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