ENTRE ESCOPETAS ANDA EL JUEGO
No voy a añadir nada
nuevo a las múltiples interpretaciones que se habrán hecho de este maravilloso
cuadro del gran genio, Goya. Reconozco no haber leído prácticamente nada al
respecto. Sin embargo tengo un recuerdo, un recuerdo de adolescente, que ha
quedado indeleble en mi memoria. La historia del arte siempre me apasionó, en
buena parte debido a la sensibilidad y capacidad de transmisión de un buen
profesor. Sus clases eran apasionantes, muy lejos de teorizar, revivía
experiencias personales, hacía que lo acompañásemos en su viaje a las obras,
vibrábamos con él, sumergidos en la visión artística, hasta el punto de
empatizar con sus interpretaciones y aventurar tímidamente las nuestras. Le
debo mi amor por Boticcelli, entre otros.
Literalmente embobada, asombrada por la
infinita capacidad de transmitir, de comunicar pensamientos sin palabras,
contemplaba el cuadro de Los Fusilamientos del dos de Mayo, mientras escuchaba
la dolorosa, impactante, espeluznante interpretación de mi admirado profesor: “la
maquinaria del poder es oscura, no tiene rostro, se oculta en insondables
vericuetos, bajo sombreros acorazados, rehuyendo así toda responsabilidad. Sin
rostro no hay culpables. La culpa se diluye y no se redime”. En este cuadro el
foco ilumina al inocente, arrodillado, manos alzadas al cielo en busca de
inalcanzable justicia, camisa blanca de paz, rostro desencajado de impotencia,
desesperación, preguntas sin respuesta...
Tiempos de letales escopetas, que no sólo
hieren pies y matan elefantes, sino que siempre apuntan hacia ABAJO. Los
muertos caen, y las injusticias claman al cielo.
Checha, 20
de abril de 2012
(entrada
inspirada en la lectura del gran teólogo humanista Bernardo Pérez Andreo: “La
humanización del culpable”, en su blog Rara
Temporum)
En el argot futbolístico dirían que esta es una "buena entrada", así que, le pique a quien le pique, no se le puede sacar tarjeta, todo lo contrario. He empezado sin saber cómo hacer el comentario, desde la perspectiva del arte, la política, se puede hacer desde varias vertientes, incluso de la que me venga en gana, como suelo hacer, y esto va surgiendo sobre la marcha. He buscado en el "intené" sobre Goya, algo conozco, poquito, precisamente hace un año estuve en El Prado, me lo pateé enterito, entre ellas las obras de Goya, la sala dedicada a la época oscura, que por cierto estaba más en penumbra, será "pa creá" ambiente, "e que le he cogio vicio ar PANOCHO". Goya me gustaba de chica, no sé por qué, de hecho elegí su autorretrato para pintarlo y presentarlo al concurso del día de la madre que organizan esos grandes almacenes, tenía 11 años, y todo sea dicho, me llevé un premio, y no solo una vez, si no dos, las dos ocasiones que presenté pinturas me las premiaron, no lo haré tan mal cuando me las reconocieron premiándolas. Sí, me gustaba pintar, el caso es que hace unos años se habló de ello en mi familia, en la familia que surgí vivita y coleando y me dieron crianza, recordaban que mis hermanos pintaban muy bien, y es cierto, comenté que yo también, y que era la única a la que habían premiado por ello, nadie se acordaba, si lo estás pensando puedes decirlo, "manda huevos", lo recuerdo sin importancia, y hace muchísimo que ya solo "pinto monas", pero como de todo quiero y me gusta aprender, siempre he procurado con mis hijos nunca compararlos, y saber ver, apreciar, valorar, incentivar sus virtudes.
ResponderEliminarVes, como quien no quiere la cosa, al final termino hablando del color que llevo las...... diademas.
Para terminar, mientras inspeccionaba la información sobre Goya, y esto lo vengo a referir con la intención que nos has comentado el cuadrito, en ese sentido me he parado a pensar que tiene relación con otro de él, titulado "ASALTO DE LADRONES", y no hacen falta más palabras.