CONFESIONES
Entono el “mea culpa”. Sé que me estoy equivocando,
que la Ino, los gags, los letreros graciosos, las películas, reciclajes y
refranes, esperan tristes a que les brinde una oportunidad.
Últimamente
el blog se va monotematizando, para muchos se habrá convertido en “relatos aburridos para aburridos” (si es que ya
no lo era). Pero, ¿qué culpa no tiene atenuantes?. Soy, respiro, vivo,..... y
eso es exactamente lo que transmito.
“Si me equivoco soy”, decía S. Agustín en su
intento precartesiano de demostrar la existencia del “Yo”- Y Checha “es”, y se
equivoca mucho, muchísimo. Lo importante es que ha aprendido a reconocerlo, a
machacar un tanto su amor propio, no sólo en privado, también en público, lo
que no vendría mal a nuestra orgullosa clase política.
Jamás olvidaré la primera vez que me ví
moralmente obligada a retractarme en público, frente a unos treinta alumnos,
que como tales, no están demasiado dispuestos a tolerar que su enseñante falle,
“que se le vaya la olla”. que olvide una cuestión, básica o importante,.....
Pero los
profesores también “son” seres falibles, torpes a veces, ingeniosos otras.
Explicaba yo las preposiciones en alemán
cuando, embriagada de dudas, afirmé que tumbarse
al sol se expresaba en alemán como “unter der Sonne liegen”. Apliqué la
lógica más aplastante, que habitualmente es propia de esta lengua tan bien
estructurada. Sin embargo, las preposiciones son caprichosas en todas las
lenguas, y de ello no se libra la bien reglada y racionalizada lengua alemana,
donde las preposiciones también hacen travesuras.
Me llevé a casa el duro peso de la
incertidumbre, de haber hecho una afirmación posiblemente falsa. Ansiosa por
cerciorarme, confirmé mi flagrante metedura de pata: “in der Sonne liegen” era
la expresión adecuada, por más ilógico que pareciese estar metido dentro del
sol.
Eran mis primeros pasos como enseñante en
España. Ya en Alemania había realizado un buen rodaje, tragando miedos,
sintiendo la horrible sensación de estar siendo simultáneamente juzgada y
acechada por montones de mentes pensantes, inmisericordes, nada proclives a
asumir que un enseñante, como cualquiera , está y estará en proceso de
formación durante toda su vida, que no puede tener respuesta a todas las
preguntas porque no ha tenido tiempo de habérselas planteado todas, o de que le
hayan sido planteadas.
Orejas gachas, decepción y gran
interrogante: ¿cómo se hace esto?, ¿cómo se reconocen los fallos ante el
alumnado?
Imposible optar por obviarlos, porque en
esta, como en otras profesiones, las consecuencias son inevitables: ¿cómo corregir en lo sucesivo, en los exámenes,
un fallo causado por uno mismo?.
No hay normas para salir de algunos
atolladeros, con lo que me decidí por el humor. Les híce imaginar la historia
de “Dédalo e Ícaro”acercándose al sol, ardiendo en sus llamas (http://mitologiagrecorromana.idoneos.com/index.php/316443). Seguidamente
arguí enajenación momentánea. Rieron, creció alguna tabla bajo mis pies.
No soy, no era culpable de no ser infalible.
Tampoco estoy siendo ahora culpable de vivir una infame realidad
social, de verme afectada por las supuestamente necesarias medidas europeístas,
por el hundimiento del estado social en Europa, en el mundo, por la imperante
insensibilidad hacia los miles de afectados.
Así pues, me reitero, “soy”, me equivoco,
pero ¿”son” o “qué son” aquellos que no tienen conciencia alguna del error, de
las consecuencias de sus actos?. No tendría palabras para definirlo, y en el
mejor de los casos, se me escaparía alguna malsonancia.
Checha, 25
de abril de 2012
Si yo tuviera que dar clases, como primera norma tendría que "las preguntas,por escrito, y las respuestas al día siguiente". Me parece una heroicidad ponerse delante de una marabunta hormonada de forma fisiológica, cuyo más profundo pensamiento es si este dichoso grano se me quitará para la fiesta del sábado...
ResponderEliminarDicho esto, te digo que eres tonta de capirote. Tu blog está muy bien, no te comas el coco, ni culpas ni gaitas, eres como eres y te queremos así. No cambies!. Besos mil!.