martes, 8 de noviembre de 2011

corrupción de menores

CORRUPCIÓN DE MENORES

Sr. Presidente, Sr. Alcalde, Sres. Consejeros, Viceconsejeros, Delegados, Subdelegados, asesores, subasesores, Sres. Padres y madres, DENUNCIO, nos denuncio a todos.
     Nos denuncio por cohecho, por asistir, promover, consentir que nuestras fiestas populares se conviertan en patente de corso  para  el desorden, la desidia, la degradación y el absentismo legal y moral.
     Quizás me arrepienta de haber empleado el término moral, por las connotaciones reaccionarias e intolerantes que pudiera tener para muchos, pero es precisamente de tolerancia, de tolerancia cero frente a la depravación de nuestros jóvenes, de lo que quiero hablarles.
     Vivimos en la sociedad de los DÍAS. El día sin coche, el día sin tabaco, el día sin consumo eléctrico…… Hacemos  dietas que nos saltamos un día porque así debe ser, porque no hay norma sin excepción, porque todo esfuerzo ha de tener su recompensa so pena de convertirse en yugo, y devenir en insoportable ansiedad. ¿Pero justificaríamos que un enfermo de cáncer  de  pulmón decidiese hacer el día del tabaco?, ¿o tal vez  permitiríamos que se celebrase el día de los  atropellos, de los robos, de los asesinatos?.
     Las leyes no tienen días,  la permisividad de un día las pondría en entredicho, las dejaría obsoletas. Se tardan meses, años de debates y consensos para aprobar y hacer entrar en vigor las leyes, leyes que pretenden ser justas y acordes con los derechos básicos del ser humano, ¡en honor a todo ello han de cumplirse!.  Pero ¿que me dicen de la prohibición de venta y consumo de alcohol a menores?.  ¿ estaré equivocada al considerarla ley  y además internacional?.
      ¿En qué suerte de hipócrita sociedad vivimos en la que se permite flagrantemente lo que no está permitido , en aras de mantener la popularidad?.
Me resulta demasiado increíble que todo el cuerpo de policía padezca de ceguera en días como el Bando de la Huerta, la Romería a la Fuensanta  y similares. No parecen percatarse de los innumerables grupos de jóvenes, menores de edad, cargados con carritos repletos de bebidas alcohólicas, paseando por las calles o tirados en parques y jardines para dar cuenta de ellas. No hay multas, no hay aviso a los padres.  ¿Pensarán ingenuamente que no son para consumo propio, o que todos han salido a comprar el día en que los comercios están cerrados?.
      Sin embargo, nos rasgamos las vestiduras y echamos las manos a la cabeza cuando la prensa del día siguiente anuncia el número de comas etílicos, de violencia callejera, de accidentes causados por conductores ebrios.
     No hay denuncias, ¡es la fiesta!.

      Yo denuncio, y estaré preparando mi copa para brindar con ustedes por el DÍA  en que deje de celebrarse el DÍA de los borrachos.

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