miércoles, 16 de septiembre de 2020

 

En el lugar donde habita el olvido












Allí donde habita el olvido,


donde amanece el letargo,

el tímido rayo de sol

no recuerda que salió,

inconsciente de su ocaso…


donde el viento desconoce

su fiel rumbo encadenado,

entregado a la amnesia

embriagante,

al extravío laberíntico

de un sendero desconcertante,

puede ser que hacia el abismo…


donde las horas pararon

se aferraron a un presente

obviando su acento rítmico

instigador de adelantes

de una sucesión de instantes…


donde el rio siempre vuelve,

ignora su inapelable destino

de morir en el mar,

de un compás cuyo flujo

no debería volver atrás…


Allí donde habita el olvido

perdí mi memoria,

percepción única de continuidad,

de haber sido,

ser,

llegar a ser,

envuelto en esta nada,

confundido,

relegado a un presente

fugaz y ausente,

vi a la tígrida bulbosa,

tan cálida y atrayente,

esplendorosa…,

aprendí que podría morir inadvertido,

omitiendo la muerte,

perecer sin un adiós,

hundirme en brazos de hades,

firme y gloriosa.


Allí donde habita el olvido,

ignoré que me mirabas,

llorabas

mi despedida inconsciente,

olvidé que era yo

el que sucumbía a la muerte.


Checha, 16 de septiembre de 2020






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