Cobijo de ángeles
Desenlaza contenido
sus dedos de los míos,
como si rasguñara mi locura,
atorando sentidos emborronados
de sueños, anhelos, desamparo…
Hincan mis rodillas
la tierra enmohecida
apelando a ese dios despiadado,
tan sublime y poco humano
que abre indómitas soledades
en pecho tan fustigado…,
maldigo al lejano cielo,
a millas de lo efímero y terreno,
donde un demiurgo caprichoso
se juega mi alma a los dados…
veo desierto entre mis piernas,
negra arena del desierto
cubre mi cuerpo deshilvanado,
instante,
instante muerto al instante,
instante muerto de instante,
de fugacidad…
tan inconstante!
No sueño,
ni intuyo incoherencias de viento huracanado,
estoy en lo profundo
de un infierno desmembrado..
pero llegan,
llegan los ángeles,
indefinidos,
como un dibujo borrado,
envuelven mi cuerpo con el velo
de unas alas ardientes,
siento fuego crepitante,
que recorre mis entrañas,
las mueve al sosiego,
a una calma radiante...
eres tú amigo,
y los otros,
sois cobijo
de humanos ángeles.
Checha, 21 de septiembre de 2020

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