lunes, 21 de septiembre de 2020

 

Cobijo de ángeles












Desenlaza contenido

sus dedos de los míos,

como si rasguñara mi locura,

atorando sentidos emborronados

de sueños, anhelos, desamparo…

Hincan mis rodillas

la tierra enmohecida

apelando a ese dios despiadado,

tan sublime y poco humano

que abre indómitas soledades

en pecho tan fustigado…,

maldigo al lejano cielo,

a millas de lo efímero y terreno,

donde un demiurgo caprichoso

se juega mi alma a los dados…


veo desierto entre mis piernas,

negra arena del desierto

cubre mi cuerpo deshilvanado,

instante,

instante muerto al instante,

instante muerto de instante,

de fugacidad…

tan inconstante!

No sueño,

ni intuyo incoherencias de viento huracanado,

estoy en lo profundo

de un infierno desmembrado..

pero llegan,

llegan los ángeles,

indefinidos,

como un dibujo borrado,

envuelven mi cuerpo con el velo

de unas alas ardientes,

siento fuego crepitante,

que recorre mis entrañas,

las mueve al sosiego,

a una calma radiante...


eres tú amigo,

y los otros,

sois cobijo

de humanos ángeles.


Checha, 21 de septiembre de 2020

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