La
botella
La
botella siempre está llena de algo
Largos
viajes en tranvía
observando,
mirando a los otros,
intentando
adivinar
su
día a día…..
Siempre
los mismos muchachos
tecleando
sin parar,
buscando
vidas virtuales,
existencias
no existentes
queriendo
borrar el tiempo
o
pasarlo de soslayo.
Observé
a un muchacho
que
miraba fijamente una botella vacía,
me
preguntaba si buscaba el reflejo de sus dedos
o
las sombras de la china.
Descubrí
al fin
que
en diminuta letra
estaba
escrito el contenido
de
esa botella antes llena
de
H2O y minerales,
una
lectura poco atrayente
para
tanta perseverancia.
Mas
pensé que ciertamente,
en
lugar de absurdas mofas
o
juegos interminables,
más
aprendía este chico
que
ahondaba en el compuesto
del
que todos somos parte,
de
la vida que tenemos
del
cuerpo que nos subyace.
Volví
a verlo en el traslado,
ya
sin botella miraba
lo
que alrededor sonaba,
hacíamos
pues lo mismo,
absorber
a los presentes,
sentir
el transcurso del tiempo,
animar
los sentimientos
o
las fantasías latentes,
no
más que vivir,
no
más que pasar,
no
más que soñar, meditar
en
este mundo candente.
De
una botella puede surgir
un
mundo de expectativas
o
las horas más esquivas.
Checha,
8 de febrero de 2019
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