Calle
del silencio
Calle
del silencio,
larga
y enrevesada,
inmune
al paso del tiempo,
te
pasea un caminante,
cabizbajo
y de ojos profundos,
sumido
en sus pensamientos,
cavilando
nuevas formas
de
acallar el mudo grito
que
le atora la garganta,
¡soy
libre!, ¡soy libre!
aquí
encerrado
en
estos muros tan fríos,
tan
gruesos y tan aislados,
tan
desolados y planos.
Nadie
pasa,
nadie
accede a su mirada
suplicante
de calor,
de
risas o parlotadas.
Es
la calle del silencio,
quien
la transita no capta
otras
calles tan calladas,
paralelas
y asoladas.
Un
paso dista
no
más
al
encuentro de dos almas.
Checha
12 de febrero de 2019
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