El sombrero rojo
En
algún lugar leí
que
a cierta edad
las
personas,
libres
de cadenas,
vergüenzas,
prejuicios,
rubores
y decoros,
se
ponían su sombrero rojo
y
actuaban sin tapujos
decencias
o escrúpulos,
a
su antojo.
Es
la edad liberadora
de
pensamientos ajenos,
de
pesados límites,
timideces
restrictoras.
Que
de algo había de servir
la
experiencia y sus sufrires,
tropezones,
topetazos
luchas
por ser
quien
no soy
anteponiendo
el miedo
a
lo franco.
¡Qué
guapa estas decorada
con
ese sombrero rojo,
que
da color a tu vida,
la
tiñe de tierno arrojo.
No
te despojes de él,
que
se fusionó en tu mente
y
ya es río, dulce fuente
que
salida de la roca
ya
no vuelve,
permanece.
Checha,
21 de diciembre de 2018
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