Y
yo creyendo...
Y
yo creyendo
que
tú creías,
y
yo creyendo
que
me amarías,
y
yo creyendo
que
el trigo verde
se
torna espiga
y
surge el pan ese
de
la buena miga.
Y
yo creyendo
que
las amapolas
nos
enardecen
por
ellas solas.
No
son esas amapolas
y
no es ese trigo
limpio
y sin trolas,
me
engaño, me engaño,
y
no obstante creo
si
no fenecería.
Me
engaño, me engaño
y
sufro.
Es
mi desdicha,
mi
desencanto.
¡Cuanto
creer necesita mi llanto!
Checha,
4 de abril de 2018
No hay comentarios:
Publicar un comentario