Ordenate
Ordenate de fuera a dentro,
que es más fácil,
lo presiento.
Y cuando laves tu ropa,
también lavarás un trocito
de ese corazón enrarecido,
de problemas envejecido.
Y cuando las montañas de trastos
de tu habitación derribes,
será el triunfo de tu razón
la que ahí construyes.
Y cuando salga la fiera
que te arrastra,
que te ciega
que te lleva
que te hunde en la maleza,
átala con mil cordones,
ponle bozales de hierro,
y sentirás el alivio
de andar en la tierra firme
de no deambular sin un sitio
cargado de las cadenas
que te atan con delirio,
que huelen a podredumbre
de voluntad sin poleas.
Cuando ordenes tu cabeza,
el mundo estará ordenado,
y tú serás ese dueño,
que cuando quiere enloquece,
pero si no quiere,
si algo lo detiene,
sabe ganar con firmeza
.
Checha, 6
de marzo de 2018
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