Migajas
Las
migajas que me dabas
cada
dia por alimento
machacabalas
con fuerza,
triturelas
con esmero,
que
ni a los patos servían,
esas,
tus migas de hielo.
Pensaba
que con el tiempo
podria
hacer un buen pan
rebanada
a rebanada,
servirte
yo un desayuno,
sabroso
y bien suculento.
Mas
los granos eran duros,
tan
duros como el cemento,
no
ligaban ni con agua,
siquiera
con pegamento.
Intentélo
una y mil veces,
me
deshíce en el intento,
tus
migas se dispersaban,
querían
volar al viento.
Un
día las recogí
e
híce sopa de lamentos,
no
las mascabas, tragabas,
tanto
y tanto sufrimiento.
Y
fue que tu cara airada
descubriome
que de vuelta,
tragas
cenizas y hiel,
sufres
soledad mugrienta,
si
no das cuando te es dado,
si
no acaricias la miel
dulce
y sin durezas,
que
ofrece el que tu no miras,
porque
hundido ya tu rostro,
buscas
en el suelo estrellas.
Checha,
24 de abril de 2018
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