Solo
agua
Clavó
en mí esos ojos
de
mirada de azabache
tristes
como la sed,
sedientos
de vida digna.
No
podía escabullirme
obviar
su destino
que
me perseguía
en
aras de un trozo de pan.
Mis
pasos cedieron,
rebusque
las monedas.
Solo
cincuenta centimos,
una
miseria
para
un miserable.
Saltaban
sus ojos,
su
boca callada
mostraba
sus enseres,
una
vieja manta,
un
negro cartón
y
un viejo gorro de lana.
Cualquier
cosa, algo,
ni
casa ni hacienda,
nisiquiera
calor,
un
trozo de pan.
Cincuenta
céntimos le dí.
Me
revolví huyendo.
Vergüenza
sentía.
Desconsuelo
ajeno.
Su
mirada iba tras de mí.
Una
lágrima brotó de mi alma.
Que
suerte la mía.
Moría
de angustia.
Bebí
agua,
sorbo
a sorbo.
Agua
que a muchos les falta.
Agua,
el
agua de un tierno abrazo,
agua
compasiva,
rocío
en el barro.
Checha,
13 de enero de 2018
No hay comentarios:
Publicar un comentario