domingo, 14 de enero de 2018

Solo agua




Clavó en mí esos ojos
de mirada de azabache
tristes como la sed,
sedientos de vida digna.

No podía escabullirme
obviar su destino
que me perseguía
en aras de un trozo de pan.

Mis pasos cedieron,
rebusque las monedas.
Solo cincuenta centimos,
una miseria
para un miserable.

Saltaban sus ojos,
su boca callada
mostraba sus enseres,
una vieja manta,
un negro cartón
y un viejo gorro de lana.
Cualquier cosa, algo,
ni casa ni hacienda,
nisiquiera calor,
un trozo de pan.

Cincuenta céntimos le dí.
Me revolví huyendo.
Vergüenza sentía.
Desconsuelo ajeno.

Su mirada iba tras de mí.
Una lágrima brotó de mi alma.
Que suerte la mía.
Moría de angustia.
Bebí agua,
sorbo a sorbo.
Agua que a muchos les falta.
Agua,
el agua de un tierno abrazo,
agua compasiva,
rocío en el barro.

Checha, 13 de enero de 2018






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