La
vida
A
mi hija
No
desesperes mi cielo,
es
la vida, solo vida,
lo
que tienes ante ti,
te
enfrentas a pura vida
con
amargo espeso velo.
Hay
días fríos y tontos
en
los que un mal adverso
nos
enseña su feo rostro,
el
viento negro y furioso
nos
arroja hacia los muros
y
la luna negra y seca
gotas
de sangre escupe
sumiendonos
en asuros.
Si
todo te sobrepasa
si
el peso es ya una carga
que
no puedes llevar sola
piensa
en aquel ser duro
que
a costa de sudor y fuerza,
con
la punta de los dedos
llegó
a alcanzar la cuerda
que
conducía a las estrellas,
y
se columpiaba en ellas
abrazando
enhorabuenas.
No
desesperes, mi niña
mañana
habrá un sol para ti
tan
grande y brillante
que
cegará tu semblante
y
entonces recordarás
que
un gris día anhelante
fue
sombrío y fue oscuro
y
ahora ya en tu memoria
ha
pasado a ser tu escudo.
Checha,
9 de enero de 2018
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