jueves, 16 de noviembre de 2017

Solo



Salió de casa de noche, pensando que era de día. Encontrose un rojo pez que en la fuente se mecía. Se lavó lento la cara, buscando el sol de la mañana. Mirolo el pez asombrado. ¿Tú que buscas desgraciado?. Busco al sol, la fuente mía de calor y nueva vida. No existe sol en la noche- dijo- solo luna, luna fría. La noche es larga, muy larga para aquel que no confía.
Desconfiado me llamas, tú que temes la caricia. El pez respondió sin miras: Sé que huiste de los hombres, del tumulto y las porfías. Tu corazón sé que alberga espinas de rosas negras, el dolor de los engaños, las tramas y las envidias.
Ya que tanto sabes tú, ¿por que no cuentas tu cuita?, ¿por qué no dices que solo mueres en la fuente angosta, constreñido por las aguas que no permiten la dicha de estar bajo el sol sereno, bajo su sana delicia?. Quedose el pez taciturno, pensando que uno cree ser portador de verdades cuando los demas tienen la clave: no hay dicha sin la desdicha de ver la miseria ajena.
Solo y solo ya son dos, dos mas en la gran cadena.
Volvió a casa de día, pensando que por la noche, todos los gatos son pardos y los peces desentrañan un discurso que no es falso, es cotidiano y pura vida. No es noche la que no alumbra, no es día el que se enturbia.


Checha, 16 de noviembre de 2017

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