Puro
azar
Porque
sí
sucede
la vida.
Porque
sí
nacen
estrellas
que
se apagan
como
velas.
Porque
sí
cantó
la rana
y
el sapo airado gruñó,
porque
le dio la gana.
Porque
sí
murió
mi gato
ni
enfermo ni apazguado
tan
solo un poco cansado.
Porque
sí
lloro
yo a veces
por
memeces
o
ridiculeces.
Y
es así que tanta culpa
llena
la vida de sombras
y
culpable es que sabe
que
actuó indebidas obras.
Apagas
las luces
y
sientes que alumbras
rebosas
de buena suerte
de
brillo todo lo inundas.
¿De
qué te sientes culpable
si
el que fue es tu padre
el
que a quemarropa
mató
a dos gaviotas?
Y
tú no querías,
detonó
el zumbido
cuando
lavabas la ropa.
No
se hereda la culpa, mi cielo,
se
hereda la fama
también
el dinero
pero
no las deudas
de
los que te hicieron.
No
eres culpable tú,
mira
de frente y respira,
lo
que en vano te roía
son
las malas intenciones
del
que con tan necios dones
atemperó
tus canciones.
Porque
sí,
te
adoro,
porque
sí.
Checha
29 de noviembre de 2017
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