Quería
Quería
cesped, salió grama
enredada
y atascada,
comiendo
brotes se alzaba.
Quise
un espejo
y
era sucio, enloquecido
mi
imajen un esperpento.
Quería
un tiovivo de hojalata
y
era el objeto una jaca,
el
tiovivo perorata.
Quise
un cojín de pluma suave
del
que acaricia la espalda,
y
fue rasposo espumaje
que
en pauta desazonante
rascaba
su danza carda.
Y
es que querer ya no quiero
porque
sé que el mundo entero
anda
queriendo también.
Confío
que en un despiste
de
la natura inconsciente
mi
deseo se haga presente
y
algunas gotas de amor
rocíen
mi cuerpo y mente.
Checha
10 de octubre de 2017
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