Nacionalismos
Ay
mi niña tan pequeña,
de
ojos negros y aguados,
tan
grandes como una estrella,
y
esa mirada tan triste,
tan
extraña y harto bella.
Que
mataron a tu padre,
tu
madre murió de pena,
esos
locos nacionales,
amantes
de las cavernas,
de
miradas tan estrechas,
que
no ven mas que sus tierras.
Alma
llena de poesía,
de
la ternura más tierna,
casualmente
somos de aquí,
y
de allí si falta hiciera,
porque
no tenemos anclas,
porque
la tierra es esfera.
Ay
mi niña que se rompe,
que
se fractura la tierra,
pero
el mundo no es más que uno,
una
la pequeña cueva,
diferencias
las que quieras,
mas
no pasan de minucias,
pequeños
granos de arena.
Ay
mi niña no me llores,
que
tu llanto sabe a sierra,
a
tierra de los tiranos,
que
tratan de deshacerla.
Checha,
16 de octubre de 2017
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