jueves, 13 de julio de 2017

Esperar



Esperar a que una mirada limpia desgarre las telarañas de tus ojos.
Esperar a que la noche tienda su manto gris y confunda nuestros sentidos.
Esperar a que el vino sea agua y el agua resurgimiento.
Esperar a que tu pluma escriba un mensaje encriptado que quizas nadie entienda.
Esperar a que te pidan lo que estas dispuesto a dar y probablemente nadie reciba.
Esperar a que el gato al que acaricias sonría como si fuera un niño.
Esperar los segundos, los minutos, las horas que han de pasar para que no ocurra nada.
Esperar a que el sol se asome y cubra tu piel aterida.
Esperar a que un día inesperado arda tu deseo y se encienda la llama extinguida.
Esperar a que el grillo cante y el pájaro aúlle.
Esperar a que la tormenta acalle su llanto para sentir libertad.
Esperar a que se deposite en tu mejilla ese ansiado beso de renuncia.
Esperar a que el llanto de un niño apague tu silencio.
Esperar en el tranvía rodeado de gente que no espera y comunica con esa realidad virtual de la que quizás no obtenga respuesta. Vida sin vida.
Esperar a que suene el maldito teléfono para explicarte lo que será un sinsentido.
Cuanta espera útil e inútil pero colmada de ilusión.

Checha, 13 de julio de 2017






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