LA
ESPERANZA,
UNA NECESIDAD DONDE VIVO
Maldita
tú la esperanza,
esperanza
en la que habito,
maldita
tú, necesaria,
necesaria
como el aire que respiro.
Deja
de iluminar mis sombras,
dame
luz que tú atesoras,
esperanza
que suspiro,
horizonte
a donde miro.
No
quiero ser espectro de mis días,
no
quiero ser anhelo de mis noches,
no
quiero ser semilla del desierto,
no
quiero ser vano futuro incierto.
Dame
el pan de hoy,
acaso
mañana...
mañana
ya estaré muerto.
Checha,
8 de julio de 2015
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