lunes, 8 de julio de 2013

PARECE QUE EL TIEMPO SE HUBIERA PARADO

PARECE QUE EL TIEMPO SE HUBIERA PARADO




Catarsis permanente que se queda,
Ni espera lo soñado,
Ni añora lo pasado,
Deseo de caminar sin pies,
Deseo de gozar sin alma,
Deseo de preguntar sin respuestas,
Deseo de avanzar sin caminos,
Deseo  de no sentir deseo.

Alma abotargada  y monótona,
Limitada, disconforme y conformada,
Hundida en la noche, más alada,
Despierta en el día, más dormido,
¡Maldita esperanza de la espera!,
¡maldito estoicismo no apagado!.

¡Haced la gran hoguera,
Arda fuego en lo inhumano,
Que me convierta en cenizas,
Con Séneca de mi mano!,
Pero dejadme prenderla,
Que antes salga mi letargo,
No he de morir de paso,
Pasar quiero páginas,
Sólo, si muevo mi brazo.

Cecilia Guillén Pérez





Mi corazón no puede con la carga...

Mi corazón no puede con la carga
de su amorosa y lóbrega tormenta
y hasta mi lengua eleva la sangrienta
especie clamorosa que lo embarga.

Ya es corazón mi lengua lenta y larga,
mi corazón ya es lengua larga y lenta...
¿Quieres contar sus penas? Anda y cuenta
los dulces granos de la arena amarga.

Mi corazón no puede más de triste:
con el flotante espectro de un ahogado
vuela en la sangre y se hunde sin apoyo.

Y ayer, dentro del tuyo, me escribiste
que de nostalgia tienes inclinado
medio cuerpo hacia mí, medio hacia el hoyo.

 MIGUEL HERNÁNDEZ, “El rayo que no cesa”, 1935


Checha, 8 de julio de 2013

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