sábado, 29 de diciembre de 2012

LA VIEJA DEL VISILLO Y SEGISMUNDO


LA VIEJA DEL VISILLO Y SEGISMUNDO

Segundo monólogo de Segismundo
Es verdad. Pues reprimamos
esta fiera condición,
esta furia, esta ambición,
por si alguna ve soñamos:
Y sí haremos, pues estamos
en mundo tan singular,
que el vivir sólo es soñar;
y la experiencia me enseña
que el hombre que vive, sueña
lo que es, hasta dispertar.

Sueña el rey que es rey, y vive
con este engaño mandando,
disponiendo y gobernando;
y este aplauso, que recibe
prestado, en el viento escribe,
y en cenizas le convierte
la muerte, ¡desdicha fuerte!
¿Que hay quien intente reinar,
viendo que ha de despertar
en el sueño de la muerte?
Sueña el rico en su riqueza,
que más cuidados le ofrece;
sueña el pobre que padece
su miseria y su pobreza;
sueña el que a medrar empieza,
sueña el que afana y pretende,
sueña el que agravia y ofende,
y en el mundo, en conclusión,
todos sueñan lo que son,
aunque ninguno lo entiende.
Yo sueño que estoy aquí
destas prisiones cargado,
y soñé que en otro estado
más lisonjero me ví.

¿Qué es la vida? Un frenesí.
¿Qué es la vida? Una ilusión,
una sombra, una ficción,
y el mayor bien es pequeño:
que toda la vida es sueño,
y los sueños, sueños son.
(“La vida es sueño”, Calderón de la Barca)

LA VIEJA DEL VISILLO COTILLEA SIN DESCANSO



¡Pobre Leo prisionero!, ¿cómo no va a convertirse en vieja del visillo?

Checha, 29 de diciembre de 2012

3 comentarios:

  1. Querido Leo,
    ¡¡¡Qué gracioso estás de vieja al visillo!!!
    Tú eres gato,
    pero tu dueña,
    siendo persona,
    es una cabra, y loca,
    ya que te trajina como quiere,
    así que tú te agarras a ella,
    le arañas,
    y haces lo que te venga en gana.
    Aunque te hayan "recortao" tus prontos,
    le demuestras que de vieja nada,
    que eres muy macho
    y que tienes tus momentos.

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  2. Siempre dije que lo que me más me gusta de los gatos es su silencio. Ese silencio que habla, te dice lo que necesita, te expresa lo que quiere, y, hasta te pide perdón, si sabe que ha hecho una pifia.
    ¡Me transmite tanta tranquilidad y comprensión ese gato mío!. Soy su abuela, porque de otra manera me vería obligada a educarlo. Y yo quiero mimarlo. ¡Que le riña mamá!.
    En cualquier caso me da pena su encierro, necesita aire, tierra, hierbas que mordisquear....¡yo también!.
    Me hace mucha gracia verlo sobre dos patas cotilleando lo que puede del mundo exterior. Así que la foto, la entrada fue irremediable.
    Y no os creáis, que en nuestros momentos de intimidad, también me cuenta sus averiguaciones. Eso sí, en silencio. Y yo lo entiendo, y me gusta así. Esta amante de la palabra también necesita la palabra del silencio.

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  3. GRACIAS, MILAMAMI POR VOLVER A ESTAR AHÍ. SEGUIMOS CAMINANDO, TÚ, TU MADRE, YO.....NADIE SABE CUÁNTO MÁS, Y NADIE LO SABRÁ.
    UN BESAZO.

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