martes, 19 de marzo de 2019


Ola



Montéme en tu enorme ola,
fuerte, briosa, escarchada,
que a largos metros del mar
con su empuje me lanzaba.

Vértigo, espanto,
casi me falta el aliento.

Abrí mi cuerpo asustado,
desnudo más sin reparo
al goce de la hermosura,
al puro placer del agua
que al descender lanzaría
mi cuerpo a la arena dorada.

Te miré con grandes ojos,
me viste con tu mirada,
de calma anhelada,
una profunda estela irisada.

Apreté fuerte tu mano,
sentí el abrazo del nervio
que así estrechaba mi alma,
y
me sentí arropada,
de dicha deslumbrada.

La ola siguió su marcha,
y yo con ella, contigo,
unidos por la esperanza

Checha, 19 de marzo 
de 2019

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