Tic,
tac
Cae
la lluvia lentamente,
plas,
plas, plas,
y
mi reloj
lleva
su ritmo inexorable,
tic,
tac, tac.
Y
el tiempo no retorna,
sigue
su rumbo
hasta
la muerte
del
tiempo, del espacio…
tiempo
eterno,
tiempo
fugaz
que
conglomeran
la
monótona unidad
de
lo que no perdona
y
no te abandona.
Cae
la lluvia
en
mis ojos tristes
que
añorarían otro tiempo
otro
espacio
un
tranquilo remanso,
paz
incesante,
que
no llega,
que
se rompe
en
el tic, tac
de
la vida,
de
la muerte,
de
ambas cosas
que
son una,
como
ese reloj doblado
que
canta
las
últimas horas de amor,
tic,
tac,
¿donde
está mi corazón?
Checha,
30 de octubre de 2018
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