martes, 12 de junio de 2018


Malas hierbas



Belle de jour, tréboles
y unas florecillas amarillas
crecen en mi jardin,
sin plantarlas ni cuidarlas,
antes bien pensando arrancarlas,
pues no fui yo quien las plantó.

Ego idolatrado negando la casualidad,
la belleza de lo espontáneo,
el buen hacer de la tierra,
la armonía de lo foráneo.

¿Por qué son malas las hierbas?,
porque no las decidí,
pues vinieron a mi vida
y se plantaron en ella,
como llega la tormenta
o sopla el viento en la pradera,
como el sol que brilla fuera.
Algún azar azaroso
me las púso en el camino,
despreciadas, deshechadas,
buscan su nuevo destino.
Cual sorpresas de lo cotidiano,
sal y duende de la espera,
soñando un sueño profano,
son un ideal latente,
ciernes de vida inocente.

Me acerco y las sostengo en mis manos,
a esas plantas forasteras,
de una belleza graciosa,
¿cómo arrancar de mi suerte
la suerte de tener cerca
lo que sin mas decidió
acercarse así a mi puerta?

Que crezcan no mas,
que crezcan,
esas buenas malas hierbas

Checha, 12 de junio de 2018


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