Malas
hierbas
Belle
de jour, tréboles
y
unas florecillas amarillas
crecen
en mi jardin,
sin
plantarlas ni cuidarlas,
antes
bien pensando arrancarlas,
pues
no fui yo quien las plantó.
Ego
idolatrado negando la casualidad,
la
belleza de lo espontáneo,
el
buen hacer de la tierra,
la
armonía de lo foráneo.
¿Por
qué son malas las hierbas?,
porque
no las decidí,
pues
vinieron a mi vida
y
se plantaron en ella,
como
llega la tormenta
o
sopla el viento en la pradera,
como
el sol que brilla fuera.
Algún
azar azaroso
me
las púso en el camino,
despreciadas,
deshechadas,
buscan
su nuevo destino.
Cual
sorpresas de lo cotidiano,
sal
y duende de la espera,
soñando
un sueño profano,
son
un ideal latente,
ciernes
de vida inocente.
Me
acerco y las sostengo en mis manos,
a
esas plantas forasteras,
de
una belleza graciosa,
¿cómo
arrancar de mi suerte
la
suerte de tener cerca
lo
que sin mas decidió
acercarse
así a mi puerta?
Que
crezcan no mas,
que
crezcan,
esas
buenas malas hierbas
Checha,
12 de junio de 2018
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