MERCADILLO SOLIDARIO. ANGELITOS
NEGROS
Hoy
me ha sorprendido un angelito, un angelito negro.
¿Os acordais
de la canción de A. Machín?
Uno de los estupendos alumnos alumnos que
tengo en Murcia Acoge, inteligente, activo, con unas ganas tremendas de vivir ,
pese a su enfermedad, ha decidido comenzar un curso de bordado (algo parecido
al punto de cruz o al petit point). La
semana pasada, cuando llegué a dar la clase, estaba él enfrascado en su tarea
de bordado. Punteaba un precioso angelito negro. Admiré mucho su tarea y le
rogué que bordara uno para mí (por supuesto como compra). No aseguró nada,
simplemente que lo intentaría.
Hoy, al llegar a clase había colgados dos
preciosos cuadros bordados en la pared. No exageraba ni simulaba al alabar su
hermosura. Uno de ellos era mi angelito negro. El otro era de una pareja unida
por la ternura.
Pretendía
regalarme los dos. ¡Qué generosos son los que no tienen nada, nada, nada!. No
tienen precio, lo sé. Aquello que se hace por cariño, consideración, tiene un
valor inconmensurable. No obstante será una venta, porque yo así lo he
decidido, porque su trabajo ha de ser recompensado, porque tiene muchas más
necesidades de las que yo he tenido nunca y jamás tendré.
Aquí os
muestro dos fotos, que no hacen honor a la belleza de los cuadros, pero os
pueden dar una idea.
He pensado
ampliar nuestro incipiente mercadillo solidario añadiendo obras de nuestros
grandes artistas de la vida. Ocuparán su tiempo, trabajarán, y nosotros
pagaremos una pequeña parte de su trabajo (¡no es fácil trabajar cuando se está
enfermo, cuando duele el cuerpo y también el alma, por saber que las propias
posibilidades de progresar son mínimas o nulas!).
Así pues,
aunque sus trabajos aparecerán en el mercadillo junto a los de los demás, ya
podeis hacer encargos a ANDRÉ, mi angelito negro, contactando con Murcia Acoge.
Checha, 5 de
octubre de 2012
¡¡¡YO QUIERO UN ANGELITO NEGRO DE ANDRÉ, POR SUPUESTO QUE PAGADO!!!
ResponderEliminarME ENCANTAN LOS TRABAJOS A MANO, ES ARTESANÍA, Y ANTE UN SER HUMANO ASÍ, TAN DESPRENDIDO, QUE DA LO POCO QUE TIENE, ME QUITO EL SOMBRERO, PORQUE YO NO LE LLEGO NI A LOS PIES.