jueves, 18 de abril de 2019


Nueva sangre








De sus labios ensangrentados
cayeron gotas de amor,
humedeciendo la tierra,
vivificando el hastío
que envolvía su alrededor.

Esas gotas irisadas
iluminaban caminos,
engendraban los senderos
que un día fueron
terrenos baldíos.

Pura sangre, roja sangre,
latiendo en un corazón
mancillado por las sombras
de un invierno tormentoso,
cargado de heridas agostas.


Andaba por su sendero
con la altivez despierta
de una muerte rebasada,
vencida y sobrepasada,
con la mirada hacia el frente,
las manos fuertes, briosas,
del que eligió su destino
y va tras él con atino,
con la fuerza de la vida,
la frescura del torneo
abatido por su alma,
destruido en su vadeo.

Sangre renovada,
vida bisoña y alada
de una savia enamorada.

Checha, 18 de abril de 2018





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