Infierno
Visité
el infierno
y
no había fuego,
si
lo hubiera habido
me
habría quedado
a
deshacer mis hielos
y
derretir los ecos
de
dolores pasados.
Pero
era desazón
y
era amargura,
un
hilo de escarcha
atoraba
mi mente,
encogida
y dura.
Sin
poder pensar
se
helaban mis lágrimas,
formando
diamantes,
de
pena, de dudas.
Busqué
refugio en el cielo,
mas
no lo vi,
unas
nubes negras
cercaban
mi estela,
tan
sola y desolada,
tan
fría y cansada.
Cierto
es que pensé,
y
pensar me arañaba,
que
el infierno es puro hielo,
soledad,
desconsuelo.
No
poder ver estrellas
fulgurantes
y bellas,
o
no ver el sol
sentir
su consuelo
acariciando
mi cuerpo,
quizás
no acercarse
a
otro ser humano
acercarse
y abrazarlo,
sintiendo
la dicha
de
la compañía.
Venas
dilatadas,
la
sangre fluyendo,
arterias
sembradas
de
brotes de luna,
pariendo
la vida,
soñando
esperanzas,
riendo,
riendo…
deshaciendo escarcha,
hallando mi cara.
Checha,
8 de noviembre de 2018
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