El
perro cojico
El
perro cojico
no
me conocía,
tres
palabras dulces
y
ya me seguía.
Flaco,
enjuto y largo,
muy
fina su estampa,
con
morrito estrecho
me
olía la cara.
Anduvimos
prados,
caminos
cansados,
y
el perrito alegre
seguía
nuestros pasos.
Y
vueltos al punto
donde
lo encontramos
se
paró y nos dijo
moviendo
su rabo:
“Buen
camino andantes,
aquí
me acogieron
y
bien me trataron,
curaron
mi pata,
que
ahora trota firme,
aunque
se retrasa,
pero
soy tan fiel
que
amo al que bien me dio
y
del paseante
recojo
la miel
volviendo
al sendero
del
que me crió”
Hay
agradecidos
que
muy sabios son,
relamen
lo nuevo,
mas
comen lo viejo,
lo
que mas les dió.
Checha,
4 de septiembre de 2018
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