Suspiro
Y
un amargo suspiro
se
coló
por
mi entreabierta ventana,
denso,
espeso,ácido,
como
la misma retama.
Le
rogué que me dejara,
que
ya no quedaban lágrimas
en
las cuencas de mis ojos
para
llorar esa trama.
Pero
insistió en persistir,
en
inundar de recuerdos,
pasados,
tristes, podridos
mi
mente cansada,
mi
mente resignada,
mi
alma agotada.
No
lloré pues no podía,
atorada,
desolada,
como
una estaca clavada
en
huerto frío y sombrío,
me
quedé en la nada.
Checha,
19 de septiembre de 2018
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